21 deMarzo de 2002.
Pablo (un grande donde los haya),
Eva (la que fue mi mejor amiga y que nunca me volverá a hablar) y
alguien más (o no), me regalaron por mi decimocuarto cumpleaños el
cuarto LP de Dover “I was dead 7 weeks in the city of the angels”.
Había conocido a este grupo hacía
unos años (con el “Devil came to me” que me dejó
una amiga que a su vez le había dejado su primo “el mayor”) y
desde entonces me emocionaba cada vez que oía una de sus canciones
en la radio.
Pero ahí estaba ese disco que nada
más caer en mis manos me hizo salivar.
Recuerdo llegar a casa, encender la
minicadena, poner el CD, sentarme en el suelo y esperar los primeros
acordes... Y llegaron, y los segundos pasaban y cada vez me gustaba
más lo que escuchaba.
Pero al poco de empezar, y justo cuando retumbaba “Better
day” en toda la casa, aparecieron mis padres, y mi madre, entre
gritos y aspavientos, me hizo “quitar ese estruendo”. Por suerte,
mis padres siempre han tenido buen gusto para la música, y no me
costó que Dover tuviese su huequito entre Miguel Ríos, Dire
Straits, Maria Dolores Pradera, Bowie...
10 de Enero de 2014.
Cientos y cientos de personas, Tony
y yo. La Riviera.
Un sitio totalmente distinto, con
gente totalmente distinta, y un chico con el que jamás imaginé que
iba a compartir mi vida.
Pero la música es la misma. El
sentimiento de felicidad es el mismo. El “estruendo” es el mismo.
Y la emoción al escuchar aquel “Better day” fue la misma que la
primera vez.
Me pasé todo el concierto
sonriendo. ¡Qué grandes sois chicos!
Días como el de ayer son imposibles
de olvidar, como tampoco olvidaré nunca aquel 30 de Mayo de 2004 cuando al
salir del (increíble) concierto de Paul Mc Cartney, Amparo Llanos me
firmó la entrada :)
Pequeña muestra de un gran recuerdo |
Por hoy os dejo, pero no os podéis
ir sin escuchar esa canción que me pone los pelos de punta y que
hace que sueñe con “un día mejor”.
Os escribe,
Carolina.