sábado, 11 de julio de 2015

CONFIESO QUE NO TE CONOZCO

Ayer vi una película, pero no voy a decir el nombre no vaya a ser que se la chafe a alguien... Iba de un matrimonio aparentemente feliz (obviamente no era tan feliz como aparentaba) al que por unas razones u otras empieza a irle mal: despidos de trabajo, falta de dinero, enfermedades familiares, discusiones varias, etc.

Sin saber muy bien por qué (o sí), la señora empieza a odiar a su señor marido cada vez más, hasta tal punto que finge su propiar muerte, dejando el camino muy fácil a la policía para que inculpe a su esposo. Podríamos pensar que solo quiere abandonarlo y empezar una nueva vida, pero no, lo que quiere es matarle, puesto que en Missouri (que es donde se desarrolla la película), está en vigor la pena de muerte.

Tras unas cuantas vueltas de guión, la susodicha acaba inculpando a un ex-novio de su falso secuestro, vuelve con su marido y éste vive acongojado el resto de su vida al saber de lo que es capaz su señora.

Da miedo. Mucho. No quiero decir que sea una película de miedo, sino que asusta pensar a qué punto llega alguien por hacer daño a otra persona, en este caso, a la que supuestamente quiere.

Salí del cine con el pensamiento de que el problema de esa pareja es que no se conocían. Sí, tuvieron un noviazgo de un par de años y luego se casaron, pero ¿cuánto tiempo necesitamos para conocer completamente a alguien?

Solo tengo 27 años y no soy especialmente una relaciones públicas, pero conozco a bastante gente y hasta hace no mucho (quien dice "no mucho" dice días, meses, años) habría dicho que los conozco bastante bien. Pero no. Es mentira. No conozco ni mínimamente bien a la gente que me rodea. Y tampoco sé si quiero hacerlo...

Vamos un poco más allá, ¿nos conocemos a nosotros mismos? ¿Sabríamos decir qué haríamos exactamente en una situación concreta? El que diga que sí, miente.

Pero, una vez más, el que no arriesga, no gana, y si queremos ser socialmente aceptados y vivir en esto que llamamos sociedad (¿del bienestar?), tenemos que fiarnos de los que forman parte de nuestra vida, si no de todos, al menos de aquellos a los que consideramos "importantes".

Breslavia, el gnomo motorizado y yo.

Como podéis ver la foto no tiene nada que ver con el texto, pero me trae buenos recuerdos.

Un beso caluroso y calenturiento a todos, que aunque a la mayoría no os conozca, seguro que os lo merecéis.

Carolina.

P.D. Hace unos días alguien me preguntó que por qué escribía tan poco. Contesté que solo escribo cuando mi ánimo está por debajo del 5%, que es cuando mi insipiración completa el 100%. Y a buen entendedor...