sábado, 31 de diciembre de 2016

¡TIEMBLA 2017!

¡Muy buenas a todos!

Lo primero de todo decir que me siento realmente mal por no haber publicado nada este año, ¡no tengo perdón! En cierto modo la culpa es de Instagram, que se ha convertido en mi nuevo fotolog, pero aún con todo, no tengo excusa, so sorry!

Se acaba el 2016 y a pocas horas de empezar el 2017 no sé muy bien cómo valorar estos últimos 365 días. Quizá decir que ha sido "el año montaña rusa" sea lo más acertado. Empezó con un montón de planes e ideas, y lo acabo de la misma manera pero habiendo vivido mil cosas.

Por hacer un breve resumen, diré que lo que ha marcado este año han sido tres cosas.
- Por una parte, el final de mi relación más larga y estable hasta el momento, un hecho realmente doloroso y que me dio un miedo horrible, pero también totalmente necesario. Me quedo con los momentos buenos, con todo lo que he aprendido y con una gran amistad, lo demás se puede ir al carajo.
- Por otra parte, los lazos que me unen a mi padre son más fuertes que nunca y el viaje en bici que hicimos juntos ha sido de las mejores experiencias de mi vida. Jamás podré agradecerle todo lo que hace por mí y todo el cariño que me da, ¿quizá con otro viaje? Jeje.
- Y ya por último, me parece realmente importante el paso que he dado personalmente: conocerme mejor, tomar decisiones que pensaba que no podría tomar nunca, abrir la mente, darme de leches contra el suelo y no pretender echarle la culpa a nadie, valorarme, echarle narices a la vida, no preocuparme tanto de la estabilidad sino de ser feliz... 2016 ha sido un año tremendamente positivo en el que creo que he crecido como persona y me ha hecho muy feliz. Obviamente todo esto no lo he conseguido sola y sería absurdo no darle las gracias al chico que ha hecho que vuelva a creer en mí misma y que me ha devuelto las ganas de sonreír. Y ya que estamos, también agradecer mil y una veces a mis amigas (y amigos) todo su incondicional apoyo para esta nueva etapa. Os quiero mil.

De los propósitos que hice para 2016 creo que he cumplido bastantes: he seguido haciendo deporte (aunque últimamente menos), me quedan 3 asignaturas y el proyecto para acabar la uni (¡ya no queda nada!), he conseguido controlar un poquito mi carácter y he recuperado amistades y conseguido sacar tiempo para mí y para los míos. No está nada, nada mal.

Propósitos para el 2017:
- no espantar al maravilloso chico que ha decidido caminar a mi lado. Os puede sonar a broma, pero soy muy dada a joderlo todo cuando mejor me va por los miedos que me entran, así que este año me propongo acabar con todos esos miedos, disfrutar de cada segundo a su lado, olvidarme de todas las mierdas del pasado y luchar por ser feliz;
- seguir con el deporte y no dejarlo de lado, que me ha venido genial tanto en el plano físico como en el psicológico;
- acabar la carrera de una vez por todas, cerrar mi etapa universitaria en junio o cuando sea, pero acabar ya, y seguir formándome como profesional para hacer algo con mi vida en el campo que sea;
- mejorar laboralmente, que el trabajo que tengo ahora me da una estabilidad maravillosa pero jamás me va a traer ningún otro tipo de satisfacción;
- acabar de una vez por todas con fantasmas, compañías tóxicas y en general con cualquiera que no desee mi felicidad;
- puntualidad, en fin...
- controlar mi adorable humor, que aunque he hecho progresos, aún queda mucho camino;
- y por último, darle mucho amor y regalar tiempo a mi padre, a mis perris, a mi chico, a mis amigos y a mi familia, que parece que a veces se me olvida que no todo es trabajar y quejarse.

Al 2016 le pedí que no nos ahogara y se ha portado bastante bien, pero este año va a ser incluso más dificil así que, por favor 2017, danos un respiro. Quiero salud para todos los míos (animales incluidos, basta ya de sustos y facturas kilométricas del veterinario), y quiero buenas noticias, que mi padre se pueda jubilar y por fin pueda vivir la vida que se merece.

Me despido. Un beso grande a todos y que el nuevo año nos traiga lo mejor de lo mejor.

Carolina.

Llegada a Budapest. 2016 ha sido un año de superación personal increíble, ¡vamos a por 2017!

P.D. ¿He dicho ya que os quiero a lot, que estoy súper in love y que tengo mogollón de ganas de empezar el new year?

sábado, 26 de diciembre de 2015

¡A POR EL 2016!

¡Se nos va el 2015 y yo con estos pelos!

Uy, que ya ni saludo...

¡¡Holiii!!

Madre mía, qué comienzo, lo ve mi yo flogger de hace unos años y del guantazo que me mete ni lo cuento...

Pues eso, que se acaba el año y yo estoy de los nervios, como siempre. Sí, de verdad, estoy nerviosa, todas las nocheviejas tengo un enjambre de abejas en el estómago que no me dejan ni sonreír. Y aún es peor después de tomarme las uvas porque todo el mundo empieza a brindar y a decirse cosas bonitas y yo lo único que hago es pensar en lo mucho que he desaprovechado el tiempo y en lo que me queda de vida.

Lo sé, soy de un fatalista que da gusto, pero bueno, a los emos se nos perdona, ¡jeje!

Como todos los años he aprovechado estos días de "vacaciones" para leer los propósitos que hice para el 2015 y oye, ¡que ni tan mal!

Fue un año magnífico en cuanto a los estudios universitarios (¡saqué mi primera matrícula de honor!), creo que he discutido menos de lo esperado (aunque las veces que lo he hecho han sido épicas...), estoy muy contenta con mis logros deportivos, he sacado tiempo de la chistera para disfrutar con familia y amigos (así tengo las ojeras que tengo), me he contenido con las compras (lo de llenarme los brazos de cosas y devolverlo todo a su sitio al llegar a la caja se está convirtiendo en costumbre), y en cierto modo he hecho las paces conmigo misma (aún no estamos arregladas del todo, pero vayamos con calma). ¡Ah! Y un año muy viajero y divertido, eso sí que no se me olvidará nunca :)

Si tuviese que resumir a grandes rasgos mi 2015 diría que ha sido el año de los desengaños. Quizá sea culpa mía por esperar demasiado de los demás, pero lo cierto es que he dado mucho de mí y he recibido poco o nada. Puse muchas esperanzas en ciertas amistadas y al final, el tiempo (o el karma) decidió que lo que no pudo ser, ya no lo será ¿nunca?. Pero también ha sido el año de hacer nuevas amistades y de darle más importancia a esas personas que siempre he tenido a mi lado y que por unas cosas u otras no he valorado hasta hace "poco". Me gustaría pedirles perdón por haber sido tan capulla, pero no lo haré, prefiero seguir cultivando esas amistades y dejar de remover el pasado.

Y ahora vamos con los propósitos para el 2016:
- no dejar el deporte. Correr ha sido estos últimos meses la mejor de las drogas y con el descubrimiento del hula hoop aún estoy flipando, así que no, no puedo dejar ninguna de las dos cosas ya que ambas me encantan y los efectos físicos y psicológicos están siendo una pasada;
- esforzarme más con la carrera. Me quedan 7 asignaturas y el proyecto, estoy rozando con los dedos el final y ahora no la puedo cagar. Aprender AutoCad y nuevos idiomas también lo incluyo en este apartado, pero sobre todo, esas 5 asignatura que tengo este curso;
- encadenar al Hulk que llevo dentro. Sí, esto va a ser una obligación, no puedo estar siempre de uñas con todo, ni puedo tener en casa las discusiones que tengo (a veces por tonterías) porque no es bueno ni para mi, ni para nadie;
- no tomarme la vida tan en serio. Esto lo digo por el trabajo: ha sido un año de mierda en lo laboral y creo que debo separar (aún más) lo que ocurre en la oficina de la "vida real". Ojalá encontrase un curro nuevo...
- un año más: ser más sincera y más egoísta. No es no, sí es sí, y los tal vez son para los niños. Yo no decido qué es mejor para los demás, no tengo poder sobre nadie y quiero eso mismo para mí. Necesito ser respetada, quererme más y que me valoren;
- escribir, al menos, una vez cada 15 días. Tengo este blog medio abandonado y Fine Food se pasa la vida llorando por las esquinas, no lo puedo permitir;
- dar mucho amor a los míos. Tanto a mi padre, como a Tony, como a familiares, amigos y demás animales, porque al fin y al cabo, su felicidad (y la mía) es lo único importante;
- por enésima vez: la puntualidad. Y prefiero no decir más al respecto;
- y por último, ser más transigente. No somos perfectos, ni lo seremos nunca, pero tampoco es necesario intentar serlo (ni que los demás lo sean).

Al 2014 le pedí un trabajo para mi padre, al 2015 también se lo pedí, y ya que definitivamente le han quitado la opción de volver al mundo laboral, al 2016 le pido que no nos ahogue, que nos esperan un par de años (ojalá solo sean un par) extremadamente complicados y no me gustaría verme el año que viene por estas fechas escribiendo debajo de un puente. Y salud, de eso que no nos falte, porfa.

Aquí lo dejo. Os deseo un 2016 estupendo, que lo empecemos con mucha alegría y optimismo, y que nos sigamos leyendo muchos años más.

¡Un beso grannnnde a todos!

Carolina.

Esta foto me trae muy buenos recuerdos, me parece estupenda para acaba el año ^^

P.D. Fantasmas, fantasmas everywhere! Pero yo los toreo con mucho arte, ¡já!

sábado, 11 de julio de 2015

CONFIESO QUE NO TE CONOZCO

Ayer vi una película, pero no voy a decir el nombre no vaya a ser que se la chafe a alguien... Iba de un matrimonio aparentemente feliz (obviamente no era tan feliz como aparentaba) al que por unas razones u otras empieza a irle mal: despidos de trabajo, falta de dinero, enfermedades familiares, discusiones varias, etc.

Sin saber muy bien por qué (o sí), la señora empieza a odiar a su señor marido cada vez más, hasta tal punto que finge su propiar muerte, dejando el camino muy fácil a la policía para que inculpe a su esposo. Podríamos pensar que solo quiere abandonarlo y empezar una nueva vida, pero no, lo que quiere es matarle, puesto que en Missouri (que es donde se desarrolla la película), está en vigor la pena de muerte.

Tras unas cuantas vueltas de guión, la susodicha acaba inculpando a un ex-novio de su falso secuestro, vuelve con su marido y éste vive acongojado el resto de su vida al saber de lo que es capaz su señora.

Da miedo. Mucho. No quiero decir que sea una película de miedo, sino que asusta pensar a qué punto llega alguien por hacer daño a otra persona, en este caso, a la que supuestamente quiere.

Salí del cine con el pensamiento de que el problema de esa pareja es que no se conocían. Sí, tuvieron un noviazgo de un par de años y luego se casaron, pero ¿cuánto tiempo necesitamos para conocer completamente a alguien?

Solo tengo 27 años y no soy especialmente una relaciones públicas, pero conozco a bastante gente y hasta hace no mucho (quien dice "no mucho" dice días, meses, años) habría dicho que los conozco bastante bien. Pero no. Es mentira. No conozco ni mínimamente bien a la gente que me rodea. Y tampoco sé si quiero hacerlo...

Vamos un poco más allá, ¿nos conocemos a nosotros mismos? ¿Sabríamos decir qué haríamos exactamente en una situación concreta? El que diga que sí, miente.

Pero, una vez más, el que no arriesga, no gana, y si queremos ser socialmente aceptados y vivir en esto que llamamos sociedad (¿del bienestar?), tenemos que fiarnos de los que forman parte de nuestra vida, si no de todos, al menos de aquellos a los que consideramos "importantes".

Breslavia, el gnomo motorizado y yo.

Como podéis ver la foto no tiene nada que ver con el texto, pero me trae buenos recuerdos.

Un beso caluroso y calenturiento a todos, que aunque a la mayoría no os conozca, seguro que os lo merecéis.

Carolina.

P.D. Hace unos días alguien me preguntó que por qué escribía tan poco. Contesté que solo escribo cuando mi ánimo está por debajo del 5%, que es cuando mi insipiración completa el 100%. Y a buen entendedor...

miércoles, 4 de febrero de 2015

CUESTIÓN DE TIEMPO



¡¡Bloggies, blooooggiiies!!

¿Cómo van las cosas amiguitos? Yo estoy un poco depre porque hoy he vuelto al cole y tengo ganas cero de retomar la rutina. Solo de pensar en madrugar 6 días, volver a las mil a casa, exámenes, prácticas, gente… Ufff… ¡Qué perezote! Eso sí, me voy a esforzar un montón para aprobar todo y poder empezar cuanto antes las vacaciones (¡anda que no pido yo ni ná!).

Es probable, es más, es casi seguro, que vuelva a dejar un pelín abandonada esta nuestra habitación, pero haré todo lo que esté en mis manos para que así no sea.

Aunque no lo creáis, volver a la rutina de la escritura ha supuesto un gran cambio en mi vida estos días: me ha levantado el humor, me ha hecho replantearme cosas, me ha traído buenos (y malos) recuerdos… Que sí, que sí, que no miento, que escribir es una experiencia realmente increíble.

Más de una vez me han preguntado que por qué lo hago o que si no me da vergüenza contar aquí mis cosas. Y lo cierto es que no, que vergüenza no me da y que tampoco tengo un motivo concreto por el cual aireo mis sábanas aquí.

Hay gente que piensa que lo hago por llamar la atención, porque parece que es guay eso de "ser alguien" en la red de redes. Pero no. O bueno, un poco sí. Reconozcámoslo: que gente que no conoces de nada lea tus cosas y te haga comentarios al respecto, algo te sube el ego (al menos a mí), ¡y ya no te digo si esos comentarios son buenos! Pero no. No "solo" lo hago por eso. Más bien creo que es una forma de desahogarme, de compartir las cosas buenas y malas de mi día a día con el ánimo de pensar que no soy la única que no tiene una vida perfecta. Quizá también por rememorar hechos del pasado, y ya que estamos cantar eso de "cualquier tiempo pasado nos parece mejor".

Mejor, mejor... Prefiero decir "distinto": mejor en algunos aspectos, peor en otros... Distinto. Joder, es que pensar en el pasado es chungo, porque si piensas en cosas bonitas, las echas de menos, y si piensas en cosas feas, se te arruga el morro. Conclusión: prohibido pensar en el pasado a no ser que sea con una sonrisa, sincera o no, pero con una sonrisa :D

Oh my... Ahora mismo debo de parecer el Joker... Oh my...

Hace unos días vimos Birdman. A muchas gente no le ha gustado, pero a mí me parece una película de las de antes, de ésas que ya no se hacen, de las que cuando sales del cine te hacen darle vueltas al coco. Muy, muy grande. Y va un poco de esto de lo que os hablo: de intentar hacer del presente lo que fuiste en el pasado. Si lo consigue o no el prota, no os lo cuento, ¡jeje!

La ficha de Birdman

 También vimos El día de la marmota. Muy buena también, aunque en algunos momentos lo pasé realmente mal: ¡qué horrible eso de vivir siempre en el mismo día! ¡Argh! No avanzar es una de las cosas que más me asustan, así que no os quiero decir el "miedo" que pasé en esa hora y media...

Ah, también hemos visto Project Almanac, pero es tan mala que no merece la pena que diga nada de ella. Bueno sí, que es muy mala, que va de viajes en el tiempo (de nuevo intentar hacer bien todo lo que hiciste mal en el pasado) y que es en primera persona, así que acabé con un mareo de mucho cuidado.

Vaya, ya he vuelto a escribir mucho más de lo que quería. Así que me despido: un beso grande, grande para todos los que, como yo, estáis obsesionados con el tiempo.

Carolina.

P.D. No, lo de ver tantas pelis relacionadas con el paso del tiempo no ha sido premeditado

P.D.2. He sacado matrícula de honor en la asignatura de planificación, no podía haber sido en otra, ¡jeje!

jueves, 29 de enero de 2015

COSAS DEL CINE



Ha sido un finde pichí pichá: un gran sábado frente a un domingo para olvidar, pero es que en esta vida no se puede tener todo (o eso dicen…)

Así que hablemos del viernes. El viernes fui al cine. Adoro el cine. Para mí el cine es mucho más que un entretenimiento o un hobby. Yo le doy un significado más trascendental, casi como una forma de vida. Pero no todo podía ser tan bonito: vivimos en un país absurdo donde el precio medio de una entrada de cine son 7.5€ y ¿quién en su sano juicio pagaría tal barbaridad por 2 horas de entretenimiento? Yo no, más que nada porque por esa misma cantidad puedo cenar y hoy por hoy no vivo del aire…

Y a pesar de todo el viernes fui al cine, eso sí, gracias a Tony, que es una de las personas que mejor me conocen (y al que quiero de forma enfermiza) y que me regaló por Navidad un maravilloso abono anual de cine en VOS (no digo en qué cine porque no me pagan por hacerles publicidad, ¡já!). Obviamente no sale gratis, pero pago un precio más que aceptable.

No tenéis ni idea de lo contenta que estaba. Vaya, contenta es poco. Feliz, así estaba: FELIZ.
Hace unos años, iba toooodos los domingos al cine, era como un ritual. Nos daba igual qué ver, lo importante era sacar las entradas, sentarnos, que se apagaran las luces y evadirnos de la realidad durante ese rato. Pero eso se acabó, y aunque siempre pensé que no volvería aquella tradición, parece que me equivocaba (al menos, un poquito).

Y allí estábamos: puntuales, nerviosos, rodeados de gente (asco de gente pudiente ¡jeje!), cogidos de la mano… Cuando se apagaron las luces casi lloro, ¡jaja! Joe, que llevaba meses y meses sin pisar un cine, ¡tenéis que entenderme!

Vimos la nueva de Sherlock Cucumber (según Guguel , Benedict Cumberbatch), The Imitation Game, y lo cierto es que es una gran película, y el prota es un espectáculo. Muy buena, os la recomiendo muy mucho (tranqui Charly Hell, que ya sé que tú eres el que tiene el blog de pelis, no yo, ¡jeje!).

Ficha de la peli

¿Habéis visto con qué poquito se me hace feliz? Ainsss… ¡Para que luego digan que soy una chica difícil!

Me despido. Un beso de cine a todos los que me leéis, y a los que no, que os den, ale.

Carolina.

P.D. Sí, adoro el cine, y no, no soy capaz de recordar el nombre de muchos actores, pelis, directores…  Jup :(

miércoles, 21 de enero de 2015

EN VERDAD EN VERDAD TE DIGO...

...que la pasa, no es un higo.

He vuelto.

Hoy me he levantado a las 14:48 y no me siento nada culpable. Lo necesitaba, de verdad. Pero que me haya levantado a esa hora no significa que no llevara ya mucho rato despierta... Bueno, a ver, el que dice "mucho rato" dice media hora, pero vaya... El caso es que llevaba despierta el rato suficiente para haber pensado en un montón de cosas. No sé vosotros, pero yo me paso dándole vueltas al tarro día y noche.

Pensaba en el frío que debía de hacer en la calle, en las notas, en si mi padre se habría abrigado bien al salir de casa, en qué iba a hacer de comer... Y saltando de una cosa a otra al final he acabado reflexionando (uauh, qué bien suena eso de "reflexionar") acerca de las mentiras.

Más de una vez he escrito sobre el tema de mentir y es que es un tema que me fascina.

Ya desde pequeños nos mienten: que si los Reyes, que si el Ratoncito Pérez, que si la cigüeña... Claro, que son mentiras de esas que llaman "piadosas", pero mentiras al fin y al cabo. Lo que ocurre es que entramos en una dinámica de mentir de la que no acabamos de ser conscientes: no he hecho los deberes porque me dolía la tripa (los niños con tripa abarcan desde las cejas hasta los tobillos, aproximadamente), he llegado tarde por el metro (qué casualidad que nunca lleguemos pronto por el metro), soy virgen (ajá...), hace mucho que no soy virgen (ajá...), el examen no ha ido mal (pero del 3 no paso), nivel alto de inglés (y de polaco, chino y sueco), no eres tú soy yo (una de mis preferidas), te queda genial (¿era necesario que me lo preguntaras?), te quiero (pasapalabra), anoche estuve con mis amigas (entre otras personas), es solo una amiga (yo también empecé siendo "solo una amiga"), España va bien (¡y que viva el vino!)...

Y así nos va, que cuando queremos decir la verdad no nos cree nadie.

Si me preguntáis os diré que no soy especialmente mentirosa, aunque decir que no he mentido nunca sería la mayor mentira jamás contada... Pero no, no me gusta mentir, no porque se me dé mal, sino porque me duele no poder decir la verdad. Hay gente que miente por placer o por costumbre, pero yo solo lo hago cuando no puedo decir la verdad.

Seguro que os ha pasado alguna vez.

Y si me preguntáis os diré que no me importa especialmente que me mientan. ¿Raro? Psá... ¿Alguno de vosotros guarda rencor a sus padres por haberle engañado durante tantos años con los regalos de Navidad? ¡Me niego a pensar que alguien va a responder afirmativamente a esta pregunta! ¡Me niego!

Soy rencorosa, lo admito, pero creo que si alguien me miente es porque tiene un buen motivo, como por ejemplo, no hacer daño. Y sí, todos tenemos derecho a saber la verdad, pero a veces saber la verdad es bastante peor que vivir engañado, al menos bajo mi punto de vista.

Y después de todo esto tengo algo que confesar: no soy una mujer, ni siquiera vivo en Madrid, no estoy estudiando una carrera, y odio los perros y escribir con todo mi ser. ¡Ah! Y Kurt Cobain apesta, y los Rolling más.

Un beso bloggers, y recordad que dejar comentarios es gratis y no hay que registrarse [guiño, guiño].

Carolina.

P.D. Seguid a @AgenteSmint en Twitter, y en blogspot, y si le veis por la calle también, que es un amor y mola mogollón

martes, 20 de enero de 2015

Y MAÑANA MIÉRCOLES

Parece mentira que hay vuelto por aquí tan pronto...

Hoy he acabado los exámenes, lo que significa que estoy de "vacaciones" hasta dentro de 15 días. Por suerte, las dos notas que ya sé son dos aprobados, y deseo muy mucho que las otras 3 que me faltan también lo sean.

Hace frío. Mucho. En casa no tanto, pero salir a la calle es un martirio. Al menos para mí, porque los perros parecen disfrutar tanto como en primavera. No, en verano no disfrutan, el calor les agota.

Realmente no sé muy bien a qué he venido...

Hace unos días, mi queridíma Anísima me comunicó que cerraba su Fotolog. Me dio muchísima pena y me hizo pensar en los buenos ratos que pasé delante de la pantalla tantos año actulizando mi "flog" casi a diario. Supongo que por eso estoy aquí, por la morriña. Está mal que yo lo diga, pero mi Flog molaba mil. Cada día me dejaban 20 comentarios (no admitía más) personas conocidas y desconocidas que seguían mi vida como si de una telenovela se tratara. Era guay. Me hacía sentir... Bien.

Sentirse bien. Eso también mola. ¿Os sentís bien? ¿Sois felices? ¿Disfrutais cada día como si fuese el último de vuestras vidas? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es NO, deberíais replantearos vuestra existencia. Yo lo hago. Lo hago mucho. Todos los días. Varias veces al día. Pero todo se queda ahí, no paso a la acción, soy una gallina. Pobres gallinas...

Si fuese fuerte y valiente daría carpetazo a esta etapa de mi vida (¿qué etapa Krol?) y empezaría de cero. Dejaría la carrera y empezar otra. Diría adiós a mucha gente y daría la bienvenida a algunos otros. Me iría lejos de mi casa, tan lejos que ni supiera volver. Tiraría mi ropa y me pondría solo cosas que me hiciesen sentir única. Le diría a ciertas personas 3 o 4 verdades que no tendría que callarme. Lloraría. ¿Por qué no? Llorar no sirve de nada, pero lo haría. Y gritaría. Y patalearía. Y me cortaría el pelo. Y le daría una patada a una piedra. Y... ¡Buah! De todo.

Pero ahí se va a quedar todo. Y mañana miércoles todo seguirá igual que siempre.

Tengo rabia. Tengo mucha rabia acumulada y ni siquiera sé desde cuándo. Creo que nací rabiosa. O no. A lo mejor me he hecho con los años. Está claro que yo no soy como el (buen) vino. O sí. Hay gente que dice que sí. Que he mejorado con el paso del tiempo. Pero no sé muy bien a qué se refieren porque sigo teniendo las tetas pequeñas y la misma mala leche de siempre... Y envida. ¡Hay que ver! ¡Qué mala es la envidia!

Me podría pasar horas escribiendo. Es como una droga. Algo con lo que empiezo y no puedo parar. No sé cuándo parar. Empiezo y las ideas van surgiendo, y surgiendo, y surgiendo... Y cada vez tecleo más rápido (y cometo más errores) y noto que tengo tantísimas cosas que decir que no hay espacio suficiente. Y cuando noto eso sé que es momento de parar, porque probablemente nadie llegue a leer hasta aquí.

Y mañana miércoles.

Un beso a todos, sed buenos y luchad por ser felices, no hagáis como yo.

Carolina.

P.D. ¿Se me ha escapado un "Krol" por ahí arriba o son cosas mías? No, jamás reviso lo que escribo.

P.D.2. Perdonadme, es que hoy es martes.